Una de las cuestiones que cualquier partido político se plantea, añadidas, sin duda, a sus programas y planteamientos, es la supervivencia. Una mala gestión trae, inevitablemente, pérdida de votos, díganselo al PP pinteño que no ha sabido conservar su mayoría. Una mala alianza, incluso bienintencionada, puede llevar al desprestigio. Las condiciones generales, cuando hablamos de partidos en el ámbito local, influyen también.
A veces el daño lleva a la desaparición en la escena política, en algunos casos especialmente ganada a pulso, como le sucedió a JpP, en otros, simplemente, porque el desgaste fue tan grande, que costará años la recuperación, como le ha sucedido al PSOE pinteño, que sufre aún la rémora del final de la era fernandista y, también, de la crisis que no supo manejar Zapatero. Acusar a los nuevos concejales o la ejecutiva actual de ser los principales culpables de que los resultados hayan sido mediocres es de rencorosos, y supongo que no es preciso aclarar a quien me estoy refiriendo. Pero como esto es un artículo de opinión, quizá no sea parcial y a mí los berrinches de Fernández me producen mucho hastío.
Sin embargo es pronto para hablar de una desaparición anunciada. Recontando resultados en las generales el PSOE sigue siendo una fuerza a nivel nacional. En Pinto, se juega ahora el seguir agonizando como le pasó a IU o consolidarse como fuerza de izquierda moderada.
Repasado su programa hay muchas propuestas de regeneración, trabajo y creación de riqueza, que no se nos olvide que sin creación de riqueza no sirve de mucho a la larga centrarse solamente en las medidas sociales. Y hay en su militancia, cargos ejecutivos y concejales, personas con experiencia y muchas ganas de trabajar.
Sobrevivir, ese es el dilema. El PSOE puede pedir, negociar, y reflexionar. Sea o no bien entendida la decisión de hoy de Ganemos depende de ellos, en buena medida, lo que vaya a suceder a partir de ahora. Sálveme nadie de decir que sería mejor, pero si hay algo seguro, de lo que hagan dependerá el funcionamiento del Ayuntamiento los próximos cuatro años y su futuro. De lo que propongan, lo que acepten y como gestionen esa información y los próximos años puede depender su supervivencia, su revitalización o su agonía.
Cualquier pacto debe ser muy bien explicado y suele ser perjudicial para la fuerza minoritaria. Igual el no gobernar puede hasta ser positivo, claro que, estar en la nada de la no-oposición ofrece menos posibilidades de crítica, al estilo acostumbrado para ganar votos. No hay duda que la situación del PSOE pinteño es, ahora mismo, de poder y también de peligro. Van a tener que hacerlo muy bien, jueguen como jueguen las fichas deben ser exquisitos y listos. Deben transmitir a sus votantes que merecen recuperar la confianza perdida.
Estamos acostumbrados a los pactos que la ciudadanía percibe como repartos de un pastel y empezaba a haber hartazgo, eso nadie puede dejar de verlo. No es solo aquí, estamos en un momento de cambio de sensibilidad patente y de recuperación del espacio político por la ciudadanía. Ya era hora. Hay que cambiar la manera de hacer política para sobrevivir. Pero sobre todo porque los socialistas también entienden que los ciudadanos ahora queremos otra cosa de la vida política. Y yo apuesto que se va a lograr.
M,Long
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